Las espigas en nuestras mascotas, un peligro a tener en cuenta.
Todos hemos jugado, cuando éramos pequeños, a lanzarnos las conocidas espigas que crecen en las hierbas del campo a la espalda y contar los posibles novios que llegaríamos a tener, pero estas plantas, además de vaticinarnos el futuro son un riesgo para nuestras mascotas, y es importante conocer lo que pueden producir, para poder atajar estos problemas de raíz. A continuación os daremos una serie de consejos para evitar las temidas fístulas e infecciones producidas por estas semillas.
Cuando sacamos a nuestras mascotas por el campo, a veces no pensamos en los riesgos que supone, y aunque es necesario que nuestras mascotas pasen un rato de diversión y ejercicio, debemos siempre intentar que las zonas por las que pasean sean zonas que no contengan demasiadas hierbas altas, que contienen estas temidas espigas. Si aún así esto es imposible deberemos tomar una serie de precauciones para que no aparezcan las temidas fístulas interdigitales. En otras ocasiones, cuando la espiga se introduzca por otras vías, no podremos evitar el acudir al veterinario.
VÍAS DE ENTRADA DE LAS ESPIGAS
Espacio Interdigital
Es la zona donde más comúnmente se clavan las espigas. Nuestra mascota irá andando y pisará estas plantas, clavándose las semillas entre sus dedos. Si nosotros detectamos rápidamente esto no habrá ningún problema, simplemente deberemos estirar de ella y extraerla.
En caso de que haya una herida punzante la desinfectaremos localmente, y listo, problema solucionado. Lo malo es, que si no detectamos que a nuestro animal se le ha clavado esta espiga, esta irá migrando hacia arriba de la pata, por entre los músculos e irá produciendo una fuerte inflamación e infección.
En muchas ocasiones los propietarios ya se dan cuenta cuando el animal no para de lamerse, por el dolor, o cuando la herida ya empieza a supurar pus. En estos casos habrá que sedar ligeramente al animal y buscar la espiga introduciendo unas pinzas por el orificio que se ha abierto por el pus.
Orejas
Es muy común que los propietarios comenten que desde que el animal ha salido de paseo no para de sacudir la cabeza y llora. Es muy probable que en este caso, a nuestro perro se le haya metido una espiga en el oído. Si es así deberemos acudir al veterinario inmediatamente, porque si no la infección que esta espiga producirá será mayor, e incluso puede llegar a romper el tímpano. El veterinario extraerá esta espiga mediante una pinza y un otoscopio, de manera rápida y sencilla (si cuenta con la colaboración de la mascota).
Nariz
Cuando nuestro animal pasea por el campo es muy común que vaya olisqueando el suelo y las plantas. Es en este momento cuando las espigas penetran en las fosas nasales y le producen al perro una rinitis aguda, que nosotros detectaremos por los persistentes estornudos de nuestro animal, que en algunas ocasiones pueden terminar con episodios de epistaxis ( salida de sangre por la nariz). En estos casos también es importante acudir rápidamente al veterinario, ya que nosotros poco podemos hacer en casa. El veterinario deberá sedar ligeramente al animal, y en muchos casos inducir una ligera anestesia, para poder entrar en cavidad nasal con una pinza y extraerla.
En ocasiones, si no acudimos inmediatamente al veterinario, es posible que esta espiga pase a faringe y el animal se la trague. Aunque es mucho más probable que se quede alojada en la nariz, dando lugar a infecciones locales. En casos más graves, esta espiga puede migrar a pulmón y dar las consecuentes reacciones en la zona.
Ojos
Parece raro, pero estas espigas también pueden llegar a clavarse en ojo, alojándose en el saco conjuntival, e incluso llegando a meterse en el conducto lagrimal. Si nuestro perro ha salido de paseo y ha vuelto con el ojo hinchado y rojo, debemos explorarlo con detenimiento. Si aún así no detectamos nada, conviene acudir a nuestro centro veterinario para que así certifiquen que todo está bien.
Te preguntarás, ¿Qué puedo hacer para evitar que esto ocurra?
En muchas ocasiones no podremos evitar que estas espigas originen problemas en nuestras mascotas, pero en otras sí. Vamos a ver lo que podemos hacer. Parece una tontería decirlo, pero lo mejor que podemos hacer es evitar zonas de campo que estén plagadas de espigas.
Llevar unas pinzas con nosotros cuando salgamos a pasear el perro. Será difícil que podamos actuar, pero sí que hay ocasiones en las que varios propietarios han comentado que han podido ver la punta de la espiga cuando entraba por nariz y oreja. Si ahí llevamos las pinzas, podremos llegar a extraerlas. Llevar al animal a la peluquería periódicamente, sobre todo si tiene el pelo largo, y en los meses de verano. Así evitaremos que las espigas puedan engancharse con facilidad. Revisar al animal cuando llegue a casa de manera cuidadosa, repasando todos los espacios interdigitales y orificios. Si además tiene un pelo denso y largo, deberíamos cepillarlo.
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